FOTOGRAFÍA: de la mesa o altar de la Eucaristía, de la capilla de Alto Villegas en San Ramón. Tallado en madera por don Eladio Alpízar.
Este hermoso trabajo de talla en madera, toda una obra de arte, manifiesta el profundo sentido teológico que tiene la Eucaristía en la Iglesia. Pues nos presenta a Cristo:
> Como el Altar del sacrifico. Pues en El se realiza la redención de los hombres.
> Es el Sacrificio realizado en el amor, pues El es el cordero degollado y vencedor.
> Es verdadera comida, que nos fortalece y anima en el caminar cristiano, pues bajo las formas del pan y del vino, nos regala su propio cuerpo y su sangre.
La Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo es instituida en el año 1263 por el Papa Urbano IV y de allí se extienede a toda la cristiandad. Al inicio se fija el primer jueves después de la octava de Pentecostés, por lo que no tiene fecha fija. En la actualidad por una razón práctica (participación de los fieles) y social (ya no es un feriado) se celebra el domingo siguiente. Retomando así la relevancia de celebrarse el día del Señor.
Textos bíblicos:
-Ex 24,3-8.
-Sal 115,12-15.
-Hb 9,11-15.
-Marcos 14,12-16.22-26.
> Como el Altar del sacrifico. Pues en El se realiza la redención de los hombres.
> Es el Sacrificio realizado en el amor, pues El es el cordero degollado y vencedor.
> Es verdadera comida, que nos fortalece y anima en el caminar cristiano, pues bajo las formas del pan y del vino, nos regala su propio cuerpo y su sangre.
La Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo es instituida en el año 1263 por el Papa Urbano IV y de allí se extienede a toda la cristiandad. Al inicio se fija el primer jueves después de la octava de Pentecostés, por lo que no tiene fecha fija. En la actualidad por una razón práctica (participación de los fieles) y social (ya no es un feriado) se celebra el domingo siguiente. Retomando así la relevancia de celebrarse el día del Señor.
Textos bíblicos:
-Ex 24,3-8.
-Sal 115,12-15.
-Hb 9,11-15.
-Marcos 14,12-16.22-26.
Es la fiesta de la verdadera comida de los cristianos y es que eso es lo que Cristo, nos quedará claro al usar elementos reales de la comida judía. Justo en esta experiencia que estoy viviendo en España me ha quedado más claro todavía, pues acá todos los días en la mesa hay pan y vino, es algo que no puede faltar, insustituible, como para los ticos fue talvez un día la agua dulce y la tortilla. Jesucristo usa elementos básicos y comprensibles de la comida diaria para que entendamos que es verdadera comida espiritual.
Lo hace en el contexto de la Ultima Cena como hemos visto en el relato evangélico. En la conmemoración de la pascua, hace lo que muchas veces como buen judío había hecho, solo que a partir de ese momento por lo que hace y dice ese pan ya no será simplemente pan ni tampoco el vino.
La Pascua la celebraba el pueblo hebreo para conmemorar, la liberación de Egipto, de la esclavitud, allí se sellará una alianza, hemos oído el detalle de su ritual en el libro del Exodo, se hace un altar, se ofrece el sacrificio de un animal, se come su carne y se unta la sangre como protección.
Esa antigua alianza en Cristo es renovada, pues él ofrecerá el sacrificio no de un animal sino su propia vida, dejándonos a comer su cuerpo y a beber su sangre preciosa que nos alimenta y protege. Es claro entonces porque usa pan y vino, sus discípulos y también nosotros nos habríamos escandalizado si nos hubiese dado tal cual su carne y su sangre, porque no somos ni carnívoros ni vanpiros chupa sangre. El conociendo nuestra limitación usa especies que nos dicen verdadera comida y verdadera bebida.
A l igual que en la última cena, en cada Eucaristía por lo que hace y dice el sacerdote en nombre de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, como lo presenta la segunda lectura, ese pan y ese vino que se ofrece dejan de ser simplemente esas especies y se consagran en su cuerpo y sangre.
Por eso esta gran fiesta en la Iglesia, porque Cristo se queda con nosotros como alimento que nos fortalece:
>Es presencia real y sacramental oculta en la Hostia.
>Es amigo fiel y confidente que nos espera siempre en el sagrario para escucharnos y consolarnos.
>Es viático en el camino para fortalecer nuestra debilidad y de manera especial en la enfermedad.
>Es anticipo festivo del banquete eterno que gozaremos en el Reino de los Cielos.
Todo esto nos lanza muchas inquietudes:
-Buscamos a menudo a ese amigo fiel y entregado por nosotros?
-Le buscamos con la misma humildad, con la que El se hizo verdadera comida por nosotros?
-Disfrutamos y no desaprovechamos la oportunidad de recibirle en cada Eucaristía?
-Vence mi gratitud y gozo por tenerle, la pereza, las dudas, el sueño, o el poner otras cosas como más importantes que él?
-Me dispongo de la mejor manera interior y exterior para el encuentro amoroso con Él?
-Doy testimonio de mi amor a su presencia real y sacramental con mi actitud religiosa y mi coherencia de vida?
Que María que nos trajo al pan vivo bajado del cielo, anime nuestro camino hacia él y ojalá que valorando el ejemplo de los grandes santos como Santa Catalina de Siena, que pasó sus últimos días viviendo solo de la fuerza eucarística, también nosotros lo volvamos algo indispensable para nuestra vida.
Por cierto, hablando de María, muchos se preguntan porque no aparece en la escena donde Jesús instituyó la Eucaristía, ¿sabes porque no está en la última cena? Porque ella tomó la foto jeje. Era un chiste malo para sonreirle siempre a la vida.
Este fin de semana viajaremos a Valencia a vivir la celebración del Corpus allá, espero pronto contarles como viven esta tradición en las tierras valencianas.
Y espero la próxima semana desde mi amada Costa Rica encontrarlos de nuevo.
Con el cariño de siempre.
P. Daniel.
Lo hace en el contexto de la Ultima Cena como hemos visto en el relato evangélico. En la conmemoración de la pascua, hace lo que muchas veces como buen judío había hecho, solo que a partir de ese momento por lo que hace y dice ese pan ya no será simplemente pan ni tampoco el vino.
La Pascua la celebraba el pueblo hebreo para conmemorar, la liberación de Egipto, de la esclavitud, allí se sellará una alianza, hemos oído el detalle de su ritual en el libro del Exodo, se hace un altar, se ofrece el sacrificio de un animal, se come su carne y se unta la sangre como protección.
Esa antigua alianza en Cristo es renovada, pues él ofrecerá el sacrificio no de un animal sino su propia vida, dejándonos a comer su cuerpo y a beber su sangre preciosa que nos alimenta y protege. Es claro entonces porque usa pan y vino, sus discípulos y también nosotros nos habríamos escandalizado si nos hubiese dado tal cual su carne y su sangre, porque no somos ni carnívoros ni vanpiros chupa sangre. El conociendo nuestra limitación usa especies que nos dicen verdadera comida y verdadera bebida.
A l igual que en la última cena, en cada Eucaristía por lo que hace y dice el sacerdote en nombre de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, como lo presenta la segunda lectura, ese pan y ese vino que se ofrece dejan de ser simplemente esas especies y se consagran en su cuerpo y sangre.
Por eso esta gran fiesta en la Iglesia, porque Cristo se queda con nosotros como alimento que nos fortalece:
>Es presencia real y sacramental oculta en la Hostia.
>Es amigo fiel y confidente que nos espera siempre en el sagrario para escucharnos y consolarnos.
>Es viático en el camino para fortalecer nuestra debilidad y de manera especial en la enfermedad.
>Es anticipo festivo del banquete eterno que gozaremos en el Reino de los Cielos.
Todo esto nos lanza muchas inquietudes:
-Buscamos a menudo a ese amigo fiel y entregado por nosotros?
-Le buscamos con la misma humildad, con la que El se hizo verdadera comida por nosotros?
-Disfrutamos y no desaprovechamos la oportunidad de recibirle en cada Eucaristía?
-Vence mi gratitud y gozo por tenerle, la pereza, las dudas, el sueño, o el poner otras cosas como más importantes que él?
-Me dispongo de la mejor manera interior y exterior para el encuentro amoroso con Él?
-Doy testimonio de mi amor a su presencia real y sacramental con mi actitud religiosa y mi coherencia de vida?
Que María que nos trajo al pan vivo bajado del cielo, anime nuestro camino hacia él y ojalá que valorando el ejemplo de los grandes santos como Santa Catalina de Siena, que pasó sus últimos días viviendo solo de la fuerza eucarística, también nosotros lo volvamos algo indispensable para nuestra vida.
Por cierto, hablando de María, muchos se preguntan porque no aparece en la escena donde Jesús instituyó la Eucaristía, ¿sabes porque no está en la última cena? Porque ella tomó la foto jeje. Era un chiste malo para sonreirle siempre a la vida.
Este fin de semana viajaremos a Valencia a vivir la celebración del Corpus allá, espero pronto contarles como viven esta tradición en las tierras valencianas.
Y espero la próxima semana desde mi amada Costa Rica encontrarlos de nuevo.
Con el cariño de siempre.
P. Daniel.