Moraleja del señor González

La imagen del señor González, ese viejito que a los ochenta y tantos no ha probado una Coca-Cola resulta curiosa. Un simple sorbo del mentado refresco lo impulsa a realizar tantas cosas que "ha dejado de hacer". Tatuarse el pecho, andar en motocicleta, saltar de un trampolín, acostarse con gemelas...
He visto cientos de veces el comercial y siempre termino con una sonrisa. No es que el spot sea un magnífica pieza de humor, más bien es una sonrisa cómplice. Verlo "despertar" a la vida, me recuerda una frase que escuché en la universidad:
"¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?"
La pregunta puede ser toda una filosofía de vida. Solo piénsenlo. Despertar cada día con la convicción de no irse a dormir sin haber hecho algo nuevo. Bailar un tango, saltar en bungee, probar un platillo extraño, abrazar a alguien, correr bajo la lluvia.... solo piénsenlo!

Un luchador en la lomita

El juego está en la novena entrada. Hay bases llenas, dos outs y un bateador con la cuenta en dos strikes y tres bolas. Falta un lanzamiento y Juan Martínez Conejo sigue en pie sobre la lomita.
Como lo hizo durante 21 años, "el zurdo de oro" se negó a dejarse vencer. Por una extraña enfermedad, sus pulmones no recibían el aire suficiente y debió pasar largas horas conectado a un respirador artificial.
Pero él siguió luchando. Vivía con su mamá en Alajuela y aunque a veces su enfermedad lo deprimía, la sonrisa le regresaba al rostro cada vez que veía un diamante de béisbol. Tenía 12 años la primera vez que puso el pie sobre un montículo y se quedó ahí tanto tiempo que dejó una huella imborrable.
113 victorias, 8 campeonatos nacionales y 6 subcampeonatos; seleccionado nacional durante 19 años, cinco veces mejor beisbolista del año; mejor lanzador de las décadas del 70 y 80; y deportista del año en 1976.
Esa zurda dorada impuso tres récords nacionales -mayor cantidad de ponches en un juego (22), mayor número de ponches en un campeonato (215) y tres juegos consecutivos sin hits ni carreras- y barrió con toda la novena cubana aquella noche inolvidable. ¡Grande!
Ayer, a las 3:45 p.m. cayó el último out. Juancito se apuntó su victoria 114. Ahora va camino al dogout eterno, donde descansan las grandes estrellas.

Semana San(grien)ta

Leer los titulares de los diarios el lunes pasado resultó un poco más impactante que de costumbre, y eso que no fueron solo las primeras páginas de los medios sensacionalistas.
"40 muertes violentas en Semana Santa". Algunas más que la Semana Mayor del año pasado y quizá algunas menos que la del próximo año.
Los ahogados y los asesinatos ocupan los primeros lugares de la lista, pero los responsable de la mayor cantidad de muertes fueron los accidentes de tránsito.
La semana de la reflexión y el recogimiento hace mucho que dejo de serlo. Quizá no haya nada de malo en aprovechar algunos días libres para darse un paseito y relajarse un poco, pero ¿para matarse?
Aunque suene crudo, en menos de siete días, la procesión del santo entierro se repitió en 40 hogares costarricenses. ¿Será que si no hubieran existido esos días libres nadie hubiera muerto? ¿Acaso será mejor para todos que no haya Semana Santa? ¿O el error está en nosotros? ¡Yira, qué difìcil!