25 octubre 2010

PEQUEÑOS COMO ZAQUEO, PERO LLAMADOS A LA SANTIDAD.



DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO



PRIMERA LECTURA


Te compadeces, Señor, de todos, porque amas a todos los seres


Lectura del libro de la Sabiduría 11, 22-12, 2


Señor, el mundo entero es ante ti como grano de arena en la balanza,como gota de rocío mañanero que cae sobre la tierra.Pero te compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras los ojos a los pecados de los hombres, para que se arrepientan.Amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho; si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado.Y ¿cómo subsistirían las cosas, si tú no lo hubieses querido?¿Cómo conservarían su existencia, si tú no las hubieses llamado?Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida.Todos llevan tu soplo incorruptible.Por eso, corriges poco a poco a los que caen, les recuerdas su pecado y los reprendes, para que se conviertan y crean en ti, Señor.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 144, 1-2. 8-9. 10-11. 13cd-14 (R.: cf. 1)


R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.


Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás. Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.


El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R.


Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R.


El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. R.


SEGUNDA LECTURA


Que Cristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él


Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 11-2, 2


Hermanos:Pedimos continuamente a Dios que os considere dignos de vuestra vocación, para que con su fuerza os permita cumplir buenos deseos y la tarea de la fe; para que así Jesús, nuestro Señor, sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.Os rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras, como si afirmásemos que el día del Señor está encima.


Palabra de Dios.


Aleluya Jn 3, 16 Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único. Todo el que cree en él tiene vida eterna.


EVANGELIO


El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido


+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10


En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:«Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.»Él bajó en seguida y lo recibió muy contento.Al ver esto, todos murmuraban, diciendo:«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.»Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor:«Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.»Jesús le contestó:- «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»


Palabra del Señor


Para ilustrar este lindo texto:



Reflexión:


Que pequeños somos realmente ante la grandeza de Dios, por eso el libro de la Sabiduría nos compara con un grano de arena o una gota de rocío, pero si algo nos empequeñece realmente en la vida es el pecado. Pues Dios ha dado a la condición humana la mayor grandeza y dignidad ser su imagen y semejanza, nos asoció además como a sus hijos muy amados, pero cuando pecamos ponemos en riesgo esa grandeza y nos empobrecemos en la denigración humana.

Que hermoso escuchar en este texto bíblico que Dios a todos nos perdona, que es amigo de la vida, porque no quiere la muerte del pecador sino que viva, y que viva en su paz, alegría y libertad. Por eso busca corregirnos con amor, nos hace ver nuestros errores con mucha paciencia de su parte pues solo busca la verdadera conversión. Por eso junto al salmista podemos bendecir el nombre de Dios y hacerlo por siempre pues es clemente y misericordioso lento a la colera y rico en piedad, bueno con todos y cariñoso con todas sus criaturas.

La figura de Zaqueo personifica hoy esa pequeñez humana no solo por su baja estatura sino por su condición moral de vida, un hombre prestamista que no era muy honesto ni justo en su función, jefe de publicanos y muy rico pero obviamente de dinero injusto

Ante Jesús parece que solo siente curiosidad, pero es importante el detalle de que hace el mejor esfuerzo posible para superar su limitación y por eso busca subirse en la higuera. ese fue el esfuerzo de Zaqueo como el nuestro podría ser orar más, buscar la confesión, reconciliarnos con los demás..

La gran sorpresa se la lleva Zaqueo cuando deja de ser un espectador pues Jesús mirándolo a los ojos le habla, lo personifica, lo dignifica y le pide que lo hospede en su casa. Porqué no invitamos también nosotros a Jesús a quedarse en nuestro corazón en nuestra casa, en nuestra familia. El puede entrar y transformarlo todo como tocó el corazón de Zaqueo y lo movió a la conversión, por lo que se compromete a ser mas justo y hasta generoso con quienes ha ofendido. Conversión en el Evangelio es camino de salvación, por eso no nos desanimemos ante nuestros pecados, esforcémonos en avanzar en la conversión, no importa si solo avanzamos muy poco lo importante es no estancarnos en la invitación amorosa de Dios.

Pero la sorpresa también es para los demás pues no logran comprender que Jesús el maestro se junte con los pecadores. Enseñanza también para nosotros que fácilmente podríamos señalar, juzgar o determinar quien merece la misericordia de Dios y quien no....

Al prepararnos a la celebración de todos los santos y a la conmemoración de los fieles difuntos vivamos nuestra vida con esa clara esperanza viviremos con el Señor para que cuando muramos con Él viviremos eternamente en el reino de los santos con Él.


Con el cariño de siempre.

P. Daniel Vargas







19 octubre 2010

EL NO JUZGA LAS APARIENCIAS.... VE EL CORAZÓN.



DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO


Domingo 24 de Octubre del 2010


Primera lectura


Lectura del libro del Eclesiástico (35,12-14.16-18):

El Señor es un Dios justo, que no puede ser parcial; no es parcial contra el pobre, escucha las súplicas del oprimido; no desoye los gritos del huérfano o de la viuda cuando repite su queja; sus penas consiguen su favor, y su grito alcanza las penas consiguen su favor, los gritos del pobre atraviesan las nubes y hasta alcanzar a Dios no descansan; no ceja hasta que Dios le atiende, y el juez justo le hace justicia.


Palabra de Dios


Salmo
Sal 33,2-3.17-18.19.23

R/ Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha


Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.R/


El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias. R/


El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él . R/.


Segunda lectura


Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (4,6-8.16-18):


Estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida. La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Palabra de Dios


Evangelio


Lectura del santo evangelio según san Lucas (18,9-14):


En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: "¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo." El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador." Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»


Palabra del Señor
Reflexión:
Cuanta gracia me hace el comercial de almacenes el Verdugo que ha reciclado la famosa frase costarricense del "TOME CHICHÍ" para burlarse de una familia "juega de vivo" (Los Paganini) que pretenden creerse más que otras humildes personas y resultan que su grandeza es pura apariencia y presunción.
Esto precisamente es lo que nos deja claro la Palabra de este domingo cuando nos regala esta hermosa parábola del fariseo y el publicano en el Templo. En principio dos personas iguales buscando a Dios en su casa, como nosotros cuando vamos a buscar cada domingo en la casa del Señor su paz, su fuerza, su consuelo y para darle nuestra alabanza y gratitud. Sólo que uno es justificado, ante Dios y el otro no. Qué marca la diferencia?: ¿Ser fariseo o publicano? ¿Lo qué llevaban puesto? ¿Lo que dijo uno o el otro? ¿El pecado de cada uno? Nada de esto lo que hace la diferencia, sino la actitud humilde de uno ante la soberbia presuntuosa del otro. El fariseo no hace más que presumir ante el Señor de sus presuntas bondades y supuestos méritos, se afana de no ser como el publicano y más bien se atreve a enjuiciarlo y condenarlo. El publicano humilde y arrepentido ni se atreve a levantar los ojos, solo expresa su arrepentimiento: "Oh Dios ten compasión de este pecador" Actitud que todos deberíamos tener siempre en la oración personal y en la celebración comunitaria, pues si algo bueno tenemos es puro regalo de Dios y por lo general lo único que si es nuestro es esa condición de pecado. Pues ese que se humilló fue enaltecido y el que se enalteció fue humillado.
Esta reflexión de la Palabra viene a animar nuestra esperanza pues con el salmista podríamos decir: "Si alfligido invoca al Señor el lo escucha" esa ha de ser nuestra convicción en medio de la verguenza y el desánimo que provocan los pecados y errores de la vida, pues si busco al Señor en medio de la aflicción con un corazón sincero y arrepentido de seguro me escucha. Nos dice el Eclesiástico Él no es parcial contra el pobre o el que sufre, Él es el juez justo que hace siempre justicia, pero juzga no desde las apariencias sino desde el corazón.
El testimonio de Pablo en la Carta a Timoteo nos evidencia la conversión de un hombre que pasó de la seguridad de su falso orgullo social y religioso a la actitud humilde de quien siente ha dado su mejor esfuerzo pero esperando que sea el Juez justo quien lo reconozca y le de la corona merecida.Reconoce que es Él quien le ha ayudado y le ha dado la fuerza para cumplir su tarea de anunciar el Evangelio, es él quien lo ha librado del mal e incluso pide perdón por aquellos que lo abandonaron .
Cada vez que vamos al Templo o vivimos el templo de la vida, podríamos imitar al publicano, reconociendo que estamos llenos de limitaciones por nuestra condición humana por lo que no presumir de nada ni ante Dios ni ante los hombres, más bien con toda humildad implorar siempre la bondad y misericordia de Dios que nos sostiene, escucha y ayuda en nuestras necesidades.
No imitemos el error del fariseo que se autoengañaba a sí mismo creyéndose muy bueno, que pretendía engañar a Dios aparentádole bondades que no tenía y miraba a los demás con menosprecio y discriminación. Su culto, su oración no fue aceptado por el Señor, podríamos decir no subió del techo.
Esto hemos de aplicarlo no solo al plano religioso sino a toda la conducta humana, pues la espiritualidad cristiana involucra a la acción integral del hombre. Por eso no podríamos mirar a nadie con desprecio, ni discrimarle por ninguna razón social. ¿Cómo podríamos ver por encima del hombro a otra persona por creernos más inteligentes, más atractivos, con más dinero, o mejor título? Entre más alto es la subida, más dura es la caída se dice por ahí.
Busquemos el camino de la humildad ante el Dios que ve el corazón mas que las apariencias. Para que nadie nos tenga que decir: "tome chichí" jajaja.
Con el cariño de siempre.
P. Daniel.

13 octubre 2010

TU GUARDIAN NO DUERME..






Lecturas Domingo 29º del Tiempo Ordinario




Ciclo C

Domingo 17 de Octubre del 2010

Primera lectura



Lectura del libro del Éxodo (17,8-13):

En aquellos días, Amalec vino y atacó a los israelitas en Rafidín. Moisés dijo a Josué: «Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en pie en la cima del monte, con el bastón maravilloso de Dios en la mano.» Hizo Josué lo que le decía Moisés, y atacó a Amalec; mientras Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte. Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel; mientras la tenía baja, vencía Amalec. Y, como le pesaban las manos, sus compañeros cogieron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así sostuvo en alto las manos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a Amalec y a su tropa, a filo de espada.

Palabra de Dios



Salmo


Sal 120,1-2.3-4.5-6.7-8

R/. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra


Levanto mis ojos a los montes:¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/.


No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel. R/.


El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. R/.


El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre. R/.


Segunda lectura


Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (3,14–4,2):


Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación. Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena. Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir.
Palabra de Dios










Evangelio





Lectura del santo Evangelio según san Lucas (18,1-8):






En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario." Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: "Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara."» Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»
Palabra del Señor
REFLEXIÓN:

No me cabe duda que todos vivimos en esta semana un acontecimiento noticioso que tocó nuestro corazón y animó nuestra esperanza, y una prueba viva de que la fe fortalece el espíritu humano y lo hace perseverar y luchar aun en la peor adversidad. El rescate de los mineros chilenos es sin duda alguna una prueba de que el hombre puede salir adelante de cualquier dificultad si pone su fe y confianza en el Señor y sabe esperar el momento oportuno para conjugar el poder de Dios con el mejor esfuerzo humano.
Con este lindo testimonio de vida y de lucha podemos entender mucho mejor esta linda Palabra. Pues aunque la vida nos presente obstáculos o situaciones muy difíciles que hasta podríamos pensar que son invensibles, esta Palabra nos viene a recordar que no hay que decirle a Dios cuan grandes son nuestros problemas sino mas bien decirle a los problemas cuan grande es nuestro Dios. Así lo vemos reflejado en este texto del Éxodo cuando Amalec ataca a Israel y Moisés envía a Josué a enfrentarlo con unos cuantos hombres. Esto nos hace pensar que los problemas no se evaden ni se esconden, se enfrentan. Es posible que ante lo grande que se ve el problema nos acobardemos y queramos evadir, es la salida de muchas personas: alcohol, drogas, fármacos, activismo.. o salimos huyendo abandonando el servicio, el trabajo, la familia... o cegados ante la desesperación podría buscarse hasta el mismo suicidio. Valoremos el testimonio de calma, prudencia y tranquilidad de los mineros para esperar la solución...
Josué enfrentará a Amalec pero no confiando en su fuerza sino apoyado en la certeza de que Dios pelearía con él. Nuestro principal aliado en la batalla ha de ser el Señor, pero nosotros debemos estar convencidos de su presencia y ayuda. Moisés, Aarón y Jur son los intercesores, mientras claman a Dios en lo alto del Monte Israel vence. El signo de los brazos levantados, es una señal evidente corporal de la oración intercesora en la Iglesia. Mantener los brazos levantados es una forma de decir: confiamos en Dios. El signo del bastón también es importante, dice de la misión encomendada a Moisés de guiar al pueblo, pero sostenido en la fuerza de Dios. No es el bastón mágico, ni los brazos alzados, ni el mismo Moisés o sus ayudantes quienes realizan el prodigio, es la infinita bondad y poder del Señor que no desatiende a la voz de su pueblo. Que a Moisés deban ayudarle para mantenerse en oración es la mejor enseñanza de que en la Iglesia no debemos sentirnos solos en las dificultades ni debemos dejar a nadie que se sienta así. La oración de interseción es la expresión mas clara del amor solidario entre los hombres que confían en Dios.
La expresión del salmo debe ser nuestra convicción de fe: "El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra". Que hermoso realmente creer y comprobar que nuestro Dios es como el guardián que no duerme ni reposa cuando se trata a darnos su amor y su ayuda.
Por eso Jesús exhorta a sus discípulos a orar sin desanimarse, poniendo la figura de una viuda que al no tener ayuda de nadie recurre a un juez insensible. Era muy común que las viudas era abusadas o explotadas al no tener quien respondieran por ellas socialmente. Aunque fuera por el fastidio accede a escucharla y hacerle justicia, si un hombre de esas caracterísiticas resuelve ayudarle, imaginemos que no haría Dios con nosotros. El asunto es: ¿Encontrará el Señor fe en nosotros para realizar sus prodigios? La fe es el requisito para no desesperarnos en medio de las dificultades y para poder contemplar las maravillas de Dios entre nosotros. Esto nos invita a insistir, a perseverar a no dejarnos desfallecer ante la adversidad. Por eso pidamos al Señor el don de la fe y también la perseverancia paciente.
San Pablo anima a Timoteo a permanecer firme en lo que ha recibido desde niño, sin duda algo que también nosotros desde nuestra familia recibimos: el don de la fe. Esa fe proviene de la escucha de la Palabra pues ella nos enseña, corrige y educa en la virtud. Con ella también asumiendo nuestra misión de bautizados hemos de proclamarla en todo tiempo y en todo lugar. Con ella habrá que exhortar e incluso reprender deseando siempre llevar a los dempas al conocimiento de la fe y al encuentro personal con Jesucristo el Señor. Esta es la tarea de toda la Iglesia que con paciencia riega la semilla del Evangelio para la construcción del Reino de Dios.
Con el cariño de siempre.
P. Daniel Vargas.

06 octubre 2010

Y CUAL ES TU LEPRA?




Lecturas Domingo 28º del Tiempo Ordinario - Ciclo C

Domingo 10 de Octubre del 2010




Primera lectura

Lectura del segundo libro de los Reyes (5,14-17):
En aquellos días, Naamán de Siria bajó al Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el profeta Elíseo, y su carne quedó limpia de la lepra, como la de un niño. Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo: «Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel. Acepta un regalo de tu servidor.» Eliseo contestó: «¡Vive Dios, a quien sirvo! No aceptaré nada.» Y aunque le insistía, lo rehusó. Naamán dijo: «Entonces, que a tu servidor le dejen llevar tierra, la carga de un par de mulas; porque en adelante tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses fuera del Señor.


Palabra de Dios


Salmo
Sal 97,1.2-3ab.3cd-4 R/. El Señor revela a las naciones su salvación

Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/.


El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R/.


Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera, gritad, vitoread, tocad. R/.



Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (2,8-13):


Haz memoria de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David. Éste ha sido mi Evangelio, por el que sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada: Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación, lograda por Cristo Jesús, con la gloria eterna. Es doctrina segura: Si morimos con él, viviremos con él. Si perseveramos, reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.


Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,11-19):






Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.» Al verlos, les dijo: «ld a presentaros a los sacerdotes.» Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano.Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?» Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»


Palabra del Señor


Y cuál es tu lepra?


Como vemos en los textos sagrados la lepra era un verdadero problema humano, social y religioso pues aislaba dolorosamente a la persona, ya que no tenía remedio conocido, era altamente contagioso y la persona estaba destinada a esconderse y morir así. La descomposición de la carne en el cuerpo enfermo hacía que la persona quedara impura para ir al Templo y ofrecer sacrificios y oraciones, lo que le exigía un aislamiento social pues no podía tampoco compartir con su familia ni en sociedad por el contagio. Podríamos decir era como estar muerto en vida.

Así entendemos el porqué Naamán el Sirio recorre un largo camino y hace lo que le indica Eliseo en las aguas del Jordán con tal de verse limpio, la liberación de la lepra no es solo una sanación física, sino que lo libera también de su vanidad y orgullo propio y lo lleva a dar el paso de la fe. Ahora Naamán ha recuperado la vida y puede ofrecer un culto verdadero en su tierra. Un detalle litúrgico de este texto es que las aguas del Bautismo prefiguran para el cristiano esa agua de vida que libera de nuestro pecado, pues nos reincorpora a Cristo muerto y Resucitado como dirá San Pablo a Tito para hacernos vivir libres para Él.

Y esa salvación es la propuesta del Señor para los hombres y mujeres de todas las naciones de la tierra, con el cántico de este salmo hagamos esa plegaria profundamente misionera en este mes de octubre para que así se realice en todos los confines de la tierra.
Ante Jesús en el Evangelio diez leprosos claman por su liberación, implorando su compasión. Jesús cumpliendo con el ritual de su tiempo los envía ante los sacerdotes encargados de levantar la impureza pública. Pero ante la acción amorosa y liberadora de Jesús no todos se muestran agradecidos, sólo un samaritano es el que se devuelve a agradecer el milagro, la vida, la salvación alcanzada. Es fácil que muchas veces ante la acción de Dios, se nos olviden los problemas y nos volvamos así de desagradecidos.
Hoy podríamos ver en la vida de las personas y de la sociedad muchas lepras modernas que destruyen la vida del ser humano (alcohol, drogas, delicuencia, violencia, inseguridad) no solo aniquilan a las personas sino que los separan de sus familias y del resto de la sociedad, hacen perder la dignidad, el respeto, la libertad la vida vida misma.
Otras lepras sociales nos pueden llevar a tratar a otros como leprosos y por ello maltratarlos y descriminarlos, exponiéndolos a la soledad y al abandono. Así ven muchos hoy al anciano abandonado, al enfermo de sida, al que fracasó sin culpa en su matrimonio, al pobre que no le ha sonreído la vida, a quien tiene una orientación sexual diferente, a la madre soltera o muchas otras situaciones dramáticas de la humanidad de hoy.
¿Hay alguna lepra que te hace hoy sentirte muerto a la verdadera vida que Dios te da, pues te aleja de él, de a felicidad y de los tuyos? ¿O hay lepras sociales que no te dejan ver a los demás como hermanos y señalarles y juzgarles?
Vamos con fe y alegría a agradecer al Señor todas sus bondades y dejar que él nos siga llenando con su vida en plenitud, para ser sanos y libres y amarle también en los demás.
Con el cariño de siempre.
P. Daniel Vargas.