DOMINGO IX DEL TIEMPO ORDINARIO
La vida religiosa del cristiano no puede ser solo una práctica exterior ni una idea mágica o supersticiosa de un Dios milagrero. Sino que debe llevar al ser humano a un compromiso profundo de conocer y realizar siempre la voluntad de Dios.
El libro del Deuteronomio nos muestra como el judío visualizaba su sumisión a la ley de Dios en signos visibles muy claros: las ataban a sus muñecas, o en la frente. Trataban de evidenciar en el exterior su deseo de cumplir con la ley de Dios, pero muchas veces Jesús les reclamó el quedarse en un mero cumplimiento externo, pues no lo hacían de corazón y con sinceridad. De ahí que se les llegue hasta a llamar sepulcros blanqueados.
Lo que queda claro es que Dios siempre nos da a escoger, entre la bendición si seguimos sus preceptos o la maldición si no lo escuchamos y seguimos nuestros propios caminos. El bien supremo de la libertad me permite escoger mi propio camino pero también mis propias consecuencias según esa elección.
Desde el Antiguo Testamento el pueblo de Dios fue percibiendo al Señor como una roca firme en la cual se encontraba un verdadero refugio y fortaleza, como lo presenta el salmo 30.
La Carta a los Romanos por su parte nos viene a reafirmar que no es el mero cumplimiento externo de la ley lo que justifica al hombre sino la fe verdadera.
Por eso nos dirá Mateo que no basta con decir "Señor, Señor" sino que lo fundamental es hacer la voluntad del Padre. Para conocer esa voluntad se requiere escucharle, por eso se nos exhorta a abrir el corazón a la Palabra. Si la escuchamos y la ponemos en práctica seremos como el hombre prudente que sabe construir sobre una roca firme y no sobre terreno riesgoso.
La vida misma nos ha comprobado los riesgos y desgracias que ocurren cuando no se edifica en un terreno seguro, así ha sido el proyecto de vida de muchas personas por eso hoy sus fracazos, decían los abuelos lo que mal empieza mal termina. Los problemas y dificultades de la vida como tempestades, fácilmente arrasan con el proyecto de vida de muchas personas y familias, pues no tienen como base la voluntad de Dios sino caprichos, ocurrencias, conveniencias o presipitaciones humanas.
Por otra parte también por dicha tenemos una gran cantidad de testimonios vivientes, de muchas personas y familias que a pesar de las tormentas y terremotos de la vida, allí están firmes y constantes porque su proyecto lo han simentado en la roca firme que es Cristo el Señor.
Si hay que fortalecer los basamentos de tu vida no esperes más, si hay que simentar mejor tu familia, tu noviazgo en fin todos tus proyectos, aquí tienes la clave y la solución perfecta, escucha su Palabra y hazla vida en tu proceder, ÉL ES LA ROCA FIRME.
Iniciamos el próximo miércoles el tiempo de cuaresma, con la celebración de la ceniza, es un tiempo propicio para la reflexión y la conversión personal, aprovechemos los espacios de reconciliación, caridad, oración y celebraciones comunitarias para avanzar en nuestra relación personal con Él como un encuentro permanente y transformante con ese Cristo que murió y resucitó por salvarnos.
Un saludo especial a todas las mujeres en la celebración de su día el próximo 8 de marzo, Dios les bendiga por reflejarnos la bondad de Dios y especialmente la fortaleza para enfrentar la vida como madres, esposas, hijas, hermanas, amigas y en muchos roles más, a pesar de no siempre haber contado con las mejores condiciones de dignificación humana y social. FELICIDADES.
Con el cariño de siempre.
P. Daniel Vargas.