24 septiembre 2009

OJALA TODO EL MUNDO FUERA PROFETA.





Recordándonos la vocación bautismal de ser profetas, la Palabra de Dios nos aclara que si bien es cierto es vocación de todos los bautizados hay criterios eclesiales y pastorales que autentifican esa misión en la comunidad cristiana y como este anuncio profético no solo incluye el anuncio explícito sino también la forma de vivir y de actuar del creyente.

Así en los textos bíblicos de este domingo veintiseis del tiempo ordinario, se nos muestra la necesidad de que el Espíritu suscite más servidores en medio de su pueblo, para la misión profética y como esto no debe significar celos ni competencias, pero si requiere discernirse su autenticidad.

Es lo que encontramos en los textos del libro de los Números (11,25-29) y el Evangelio de San marcos (9,38-43.45.47-48)

En el Pueblo de Israel, la función de guiar, pastorear y legislar al pueblo estaba agotando a Moisés, por lo que su suegro Jetró le había recomendado escoger algunos ancianos, quienes recordemos tenían la experiencia y sabiduría de la vida, para que le ayudaran, pues el Señor autentifica esta necesidad y nuevo ministerio de la comunidad pasándoles algo del Espíritu que Moisés poseía, dejándonos claro:

-Es un solo Espíritu el que se derrama y da los carismas y virtudes.

-Es para el servicio de la comunidad y no para el beneficio propio.

-No brota por el capricho u ocurrencia propia.

-El ministerio es elegido y discernido en la comunidad, según los signos que muestra.

Así en esta lectura vemos como Dios da su Espíritu, el mismo que le había dado a Moisés, a estos setenta ancianos e incluso a los que no estaban en ese lugar en ese momento pero había sido elegidos para ello, porque El Espíritu actúa sin limitaciones. Eldad y Meldad los llama el texto, están profetizando en el campamento y se le notifica esto a Moisés de esto, por su parte Josué le sugiere prohibírselo, pero la respuesta de Moisés nos aclara que no debe haber en esto recelo, envidia o egoísmo, “ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el Espíritu del Señor”.

Esto nos podría dar pie a pensar que entonces cualquier persona puede hacer o decir lo que quiera en nombre del Espíritu de Dios y que no se le debería limitar por parte de la Iglesia. Esto me pasó alguna vez como sacerdote pues hubo que corregir y hasta prohibir a un laico sus prédicas y acciones religiosas, por hacerlas de manera contraria a la sana doctrina de la Iglesia y por ir en contra de la comunión. Entonces cuando se le habló de esto, lo que dijo fue que teníamos envidia de él y sus carismas y que él seguía a Dios antes que a los hombres. Si bien es cierto los dones del Espíritu no son dados exclusivamente a los sacerdotes, si que Dios confía a sus presbíteros ( palabra que significa anciano) la misión de discernir junto a la comunidad la autenticidad de los carismas y ministerios. Ya la historia nos ha mostrado como muchos han hecho gran daño a la Iglesia y a la vida de muchos por falsear la autenticidad de su misión profética. Lo que significa hacerlo por capricho o iniciativa propia y anunciando mi propia doctrina no la que el Espíritu ha revelado en la Palabra y el Magisterio a su Iglesia.

La misma idea nos reafirma el Evangelio cuando Juan descalifica a uno que actuaba en nombre de Cristo “por no ser de los nuestros”. Parece un poco cerrado, esotérico, egoísta el criterio de Juan, pero Jesús nos ilumina como proceder en estas situaciones, veamos sus criterios: “Si hace milagros en mi nombre, no puede hablar mal de mi” o sea que no basta con hacer signos extraños, o evocar su nombre, es que lo que digo o hago no contradiga a Jesús ni su enseñanza. Además aclara que no está en contra de El ni de los suyos, o sea su Iglesia. Hoy podríamos ver a muchos hablar de Cristo, hacer cosas en su nombre, pero igual su vida deja mucho que desear, no es coherente con lo que dicen y además atacan y destruyen la Iglesia de Cristo. Esto nos da pie para cuestionar: ¿será auténtico su profetismo?

Este Evangelio nos muestra también la importancia de la generosidad para con aquellos que siguen y sirven al Señor, al punto de decir Jesús que no se quedarán sin recompensa. Mucha gente de corazón generoso ayuda desde sus posibilidades a muchas obras de evangelización, de acción misionera o a servidores de Cristo sólo por ser eso, ya lo ha dicho el Señor aunque sea un vaso de agua que se de con ese sentido, es una ayuda muy valiosa para Dios.


Es por eso que el apóstol santiago (18,8-14) hace una fuerte advertencia a los ricos, pues no han sabido compartir sus bienes, los han usado y acumulado injustamente, dándoles un valor de absoluto y eso se les volverá en su contra. Los han visto solo como medios egoístas de su bienestar y placer.

También quisiera aprovechar para agradecer a Dios su providencia, pues através de muchas almas buenas desde que ingresé al seminario no me ha faltado nada y así me lo ha confirmado durante estos 22 años que han tranacurrido. Hoy mismo en esta nueva experiencia de mi vida sigo sintiendo su amor providente en tantas personas que me ayudan espiritual y materialmente. Que Dios les pague abundantemente.

Un último detalle al que quisiera hacer mención de este Evangelio, es que en nuestra misión profética un aspecto fundamental es nuestro testimonio de vida y bien sabemos que el pecado es lo que más nos estorba en ese sentido. Por eso el texto nos habla de prevenirlo más que de lamentarlo pues no solo nos trae el remordimiento de conciencia sino también el escándalo para los demás. Por eso la Palabra más que en una mutilación de alguna parte de nuestro cuerpo, hace referencia a la prevención, pues si sabemos que algo que vamos a ver, oír o hacer nos puede inducir al pecado es mejor evitarlo; o si ir a un sitio o acercarse a cierta situación nos hará dudar y ponernos en riesgo pues mejor abstenernos.

Dios a través de su Espíritu Divino nos da la sabiduría y el discernimiento para escuchar su voz y llevar su mensaje como verdaderos profetas a los demás. Dejémoslo actuar en nuestra vida para que le podamos gritar su amor a los demás con todas nuestras palabras y acciones.


Gracias a todos los que nos acompañaron con la oración y cariño en la operación de mi sobrina María Paula, para gloria de Dios ya está recuperándose muy bien y feliz con su dieta de helados. Bendiciones.

Con el cariño de siempre. P. Daniel Vargas.







17 septiembre 2009

Servir con alegría, por amor a Cristo y no por competencia




Que hermoso sería levantarse cada mañana, darle gracias a Dios por todo lo que nos da y proponernos hacer todo lo que nos corresponda de la mejor manera...
Esto posiblemente lo hagan muchas personas, pero algunas solo lo hacen motivadas por la competencia de una sociedad, que te exige ser el mej
or y que ha dado mucha cabida a la envidia, a los celos, a las rivalidades, a destacar por encima de quien sea o de lo que sea.
Es la presión interna que golpea a muchas personas, haciéndolas vivir frustradas por no lograrlo o tensas y estresadas en su intento. Es el ambiente insano que va dañando muchos ambientes de trabajo, estudio y hasta de convivencia familiar o amistosa.
El Evangelio de San Marcos (9,30-37) plantea este drama humano en el grupo de los discípulos de Cristo. Mientras él va explicando lo que va a hacer, a entregar su vida, a aceptar la muerte, a traernos vida y resurrección, ellos por el camino solo discuten: ¿cuál es el más importante entre ellos? Cualquier parecido con la aspiración política de algunos costarricenses en esta campaña es pura casualidad....
Parece que a los discípulos les pasa lo mismo que a los cristianos de hoy vivimos tan preocupados por ser los más importantes, que se nos olvida lo que realmente es importante. Hoy en las familias, hay disgustos y hasta pleitos entre los esposos para demostrar cuál de los dos es el más importante, entendiendo seguro importante, por el que manda, grita, no se cuestiona y todos le siguen. Y como de tal palo, tal la astilla, los hijos disputan lo mismo, ya no solo entre hermanos sino incluso en desbancar a los padres. Los ejemplos son claros: quien maneja el control de la televisión, desobediencia en la órdenes, delegación
de funciones y el eterno conflicto de los permisos, que muchos de cierta edad dicen ya no lo pido solo informo la salida. Parece que el mundo competitivo se sale de las casas y se ha trasladado al vecindario, donde las familias luchan por sobresalir como las mejores, pensando que eso lo determina solo la casa, el auto, la propiedad, más no hago nado por el vecindario ni el bien común, solo nos preocupamos de lo nuestro. También se lleva al plano de las relaciones interpersonales y se vive en función de la apariencia, las amistades opulentas o agradables, la utilización de las personas y hasta sus sentimientos.
Ni que decir si este tema lo llevamos al ámbito laboral o estudiantil, donde se habla constantemente de serruchadas de piso, deslealtades, competencias encarnizadas por cierto puesto o nota que me haga destacar por encima de los demás, ganar más que ellos, el presumir ante otros.
¿Cuál será nuestro concepto de importante, o de ser el primero?
Oigamos el que nos da Jesús:
"Quien quiera ser el primero, que se haga el último de todos, el servidor de todos".Parece que la lógica de Jesús no es matemática, ni muy racional según el pensamiento social. Hacerse el servidor de todos, traducido hoy es hacer papel de tonto, "del que todos se aprovechan" y eso para que, si nadie lo agradece ni lo valora.
Veamos a quien usa Jesús para ejemplificarlo mejor: a un niño. Al que quizás no aporta mucho pero se le debe valorar porque vale igual o más que cualquier otra persona. Esto me hace recordar que de niño en los típicos rosarios en las casas, del Niño Jesús por ejemplo, a los niños, antes de terminar el rosario los llevaban aparte, generalmente detrás de la casa y les daban algo de comer antes que a todos. De niño pensé que era por ser más importantes, después comprobé que era para quitárselos de encima y atender mejor a los más importantes.... a los grandes.
Pues Jesús dice que si acogemos a un niño, en su nombre, valorando su dignidad de hijo amado de Dios, por lo que es en si y no por lo que vale, sabe, o produce, es como si lo acogiéramos a él mismo.

Eso significa que debemos hacer todo, por pequeño que sea no por lo que se espera recibir, sino por lo implica dar, hacer, servir, desde nuestro corazón con alegría y generosidad.
En el afán del hombre por demostrar su grandeza y poderío puede caer en las tendencias más nocivas de la maldad, en la primera lectura, tomada del libro de la Sabiduría (2,17-20) se muestra esa actitud en los que el Antiguo Testamento llama impíos, o sea los que pensaban y vivían solo bajo criterios humanos y despreciaban la sabiduría de Dios. Estos ante el justo que les incomoda y molesta por lo que dice y como actúa, planean macábramente como acabar con él. Parece que solo el actuar bien de los justos (quien valora y respeta a Dios) molesta al que está mal y en su afán de ser superior, es capaz de sacar hasta sus peores deseos y acciones.
Esto lo vemos tan fácil en la rivalidad y violencia social de hoy, como se agrede y elimina la competencia en las pandillas delincuentes, en el narcotráfico y hasta en las estrategias políticas de muchos puestos públicos.
Por eso el texto de Santiago (3,16-46) nos recuerda en esa misma sintonía, que el cristiano debe buscar la sabiduría del cielo, para no sucumbir en las envidias y peleas que solo males le producen. Quien la sigue mas bien produce la paz y la justicia.
Creo que un ejemplo muy claro lo hemos visto en todo lo que ha sido el conflicto político hondureño. La ambición y obsesión por el poder ha cegado a ambos bandos y ha traído la falta de la paz y la justicia al pueblo catracho. Pues como decimos al final pagan justos por pecadores y la mayor consecuencia la vive el pueblo con todas las carencias, que ahora provoca el repudio mundial y el bloqueo económico por esta crisis democrática.

Pidamos al Señor esa sabiduría para nuestra vida, que podamos cada día dar lo mejor, con alegría y generosidad, así alegraremos y alabaremos a Dios con nuestras obras y le serviremos humildemente a los hermanos. Desterremos del corazón toda envidia, celos o afán de obsesión y competencia, busquemos superarnos claro, pero no cegados por la ambición y menos a costa de hacer mal a nadie, ni cometer ninguna injusticia.

CON EL CARIÑO DE SIEMPRE.
P. Daniel Vargas.

07 septiembre 2009

Que las obras evidencien nuestra fe

Todavía resuena en nuestro oído el Effetá o ábrete, que nos pronunciaba Jesús el domingo anterior, invitándonos a ser valientes y ver sus maravillas, oir su Buena Nueva y proclamar su mensaje de salvación. Pues como si la figura de un siervo doliente que presenta el profeta Isaías (50,5-9) personificara a un verdadero cristiano, nos dice la primera lectura de este domingo que el cryeyente abriendo su oído y entendiendo la voluntad de Dios, no se resiste a esta, más bien la asume y enfrenta con toda valentía, confiando en que el Señor le ayuda, porque es su defensor y está cerca. Es la convicción de quien no teme a ningún enemigo, pues su fortaleza es el Señor.
Puede ser entonces nuestra seguridad y confianza si nos fiamos de él, de su amor, de su bondad, de su poder, de su misericordia y providencia divina. Lo que necesitamos es abrirle el oído y el corazón y dar el paso a la fe. O sea auna confianza total y absoluta en él.

Un paso esencial en la fe es su profesión, tal como lo hace Pedro en el Evangelio de Marcos (8,27-35) veamos algunos aspectos interesantes de este relato:
>La proclamación del apóstol brota de una inquietud de Jesús, es su iniciativa, como lo es suscitar en nosotros la fe. Esto nos hace recordar que esa ha sido siempre la dinámica de Dios, inquietar el corazón humano para suscitar una respuesta libre y generosa.
>El maestro quiere saber que piensan de él, ¿Quién dice la gente que soy yo? Ante esto podríamos hacer un ejercio mental o hasta escrito: ¿Que han dicho de Jesús? ¿Que he oído sobre él? Alli podríamos sacar la imagen que de él nos han dado en nuestra familia, en la escuela, en la catequesis, en un grupo apostólico, la que me da un libro o presenta cualquier ideología moderna. Podríamos encontrar desde las posiciones mas piadosas, sencillas o ingenuas, hasta las más atrevidas y fantasiosas, como tantas que crean hoy escritores y cineastas que quieren fama y dinero con la figura de Cristo.
>Los discípulos responden efectivamente de lo que se decía en el pueblo de Jesus, diríamos hoy con los cuentos o chismes de la gente, que la reencarnación de un profeta u otras cosas.. Sin duda nosostros hemos recopilados muchas ideas, conceptos, opiniones, pero que pasa si Jesús como a Pedro nos lo pregunta personalmente: ¿Y TU QUIEN DICES QUE SOY YO? Que le contestaríamos????
>Pedro se atreve a dar una verdadera profesión de fe: "TU ERES EL MESIAS" En el contexto bíblico, hace una declaracion atrevida, algo que se fue revelando muy lentamente de parte de Dios en el Antiguo Testamento y que se fue labrando en la experiencia religiosa del pueblo judío. Para un creyente esa expresión reune todo el contenido de la fe, es decirle tu eres el Hijo de Dios, el ungido , el esperado por los tiempos, el Salvador y Señor. Ya sabemos que esa declaración en Pedro no es obra de la carne sino acción del Espíritu.
>Vuelve el detalle que veíamos tambien el domingo anterior del secreto mesiánico, pue se prohibe decir algo sobre eso para no generar espectativas incorrectas, porque la idea de Mesías que se tenía, era la de un guerrero, libertador político o líder social. Por eso inmediatamente Jesús les explica cual es su misión, como sufrirá, ofensas, condena, cruz, muerte. Pero reafirma que resucitará, pues la muerte no vence sobre la vida.
>La actitud de Pedro encarna perfectamente la respuesta humana ante lo que puede siginificar esfuerzo, dolor o sufrimiento: rechazo, evasión.. Pedro cae en la seducción del enemigo que nos lleva a buscar una propuesta contraria a la de Cristo. La fe precisamente es hacer opción por Cristo, por su persona, por su doctrina y por su acción en nosotros. No para interponerle nuestros planes o imponerles otros más suaves o menos comprometedores.
>La condición para Pedro, para nosotros y para cualquiera que quiera ser su discípulo es clara: "EL QUE QUIERA VENIRSE CONMIGO, QUE SE NIEGUE A SI MISMO, QUE CARGUE CON SU CRUZ Y ME SIGA. Nos ofrece ganar la verdadera vida la que él ha ganado para nosotros y encontramos solo en Él.

Entonces que es la fe solo creer y declarar que Jesucristo es el Señor y ya. El apóstol Santiago (2,14-18) lo ha resumido y explicado perfectamente: "La fe sin obras está muerta por dentro" La fe debe llevarnos a sumir un compromiso, la vida o el proyecto que Jesús nos propone y eso se evidencia en la forma en que la vivamos, confiando en él y asumiendo con valentía sus acciones y exigencias. Hoy es posible oír a muchos decir creo en Dios pero no tengo religión, a mi me basta la fe. Pues Santiago nos viene a cuestionar: "ENSÉÑAME TU FE SIN OBRAS Y YO POR LAS OBRAS TE PROBARE MI FE". No son acciones altruistas, vacías, por moda o espectáculo, son hechos que comprueban que hay una razón, afecto, fuerza o capacidad interior que me lleva a hacerlo, aunque parezca heroico o imposible y es a lo que llamamos : FE. Yo tengo una comparación media rara y particular de lo que es la fe, es como practicar lo que aquí en España se llama puenting o Bongee Jumping, saltar al vacío desde una gran altura, solo que en este deporte extremo se usa una cuerda que te da seguridad, en la fe no hay cuerda, solo hay una certeza: DIOS ESTA CONMIGO, EL ME SOSTIENE Y FORTALECE.

Duele escuchar como en Costa Rica bajo el disfraz de cambiar a un estado laico se presenta un proyecto de ley para quitar la confesionalidad católica del Estado y cambiar una fórmula de juramento quitando el nombre de Dios. El problema no es ser un Estado laico pues pueden haber concordatos con las religiones que aseguren la libertad religiosa y los deberes y derechos de las diferentes denominaciones. El asunto es la ideología atea que está por debajo de estas propuestas motivadas por ciertos Lobbys o grupos de poder, para luego ir buscando sus beneficios ideológicos.
Aquí en España ya se vive esa realidad, se optó por ser un estado laico, pero mas bien las políticas y decisiones sociales se evidencian ateas, pues no solo se quita el nombre de Dios, sino que se excluye del ámbito publico en todas sus leyes y dimensiones y queda reducido a un ámbito privado y cada vez mas estrecho y manipulado socialmente hablando.
Hoy podemos señalar a unos cuantos diputados, "padres de la patria" planteando este proyecto y los podemos llevar a la inquisición social, pero esto debe hacernos reflexionar a todos los ticos, pues los responsables somos todos, pues no solo a ellos los elegimos para que nos representen (ojo con las próximas elecciones) sino que el tico y ala familia costarricense ha ido dejando que se pierda el valor de la fe en nuestra cultura y en nuestra vida. Hemos sido sacando a Dios del hogar, del lugar de trabajo, de nuestras calles, de nuestras vida... no sería extraño que lo terminemos sacando del papel de la Constitución.

Con el cariño de siempre P. Daniel

y para retomar la comparación que hacía, no temas a lanzarte a la vida sostenido por la fe en Cristo Jesús. EL ESTA CERCA DE TI Y TE AYUDA.




04 septiembre 2009

De nuevo en Pamplona, de nuevo a la buena noticia

Hola hermanos, de nuevo estamos en Pamplona, después de dos lindos meses en Costa Rica con mi linda familia, gracias a ellos y a mucha gente que me ayudó pude estar por allá y disfrutar mucho de la bella tiquicia. Gracias a todos por su cariño, presencia y oración.
Retomo la humilde reflexión de la Palabra dominical así como mis estudios, con la esperanza y el ánimo puestos en el Señor que guía nuestros pasos.


DOMINGO 6 DE SETIEMBRE DEL 2009. 23. DEL TIEMPO ORDINARIO.

Vivimos una época de la historia, muy privilegiada para poder comunicarnos, yo estoy a más de 10.000 km de mi tierra y puedo comunicarme con mi familia y amigos, por las vías de comunicación hoy creadas: correspondencia, teléfono, internet, messenger, skype... la tecnología es impresionante les veo, les oigo, les hablo con el micrófono y les veo o me ven por la cámara.
¿Podríamos imaginar por un momento con todas esas posibilidades, que sería no poder hablar o escuchar? Precisamente el Dios revelado en el Antiguo Testamento nos comunicaba a través del profeta Isaías (35,4-7 ) su motivación a no tener miedo a ser fuertes en cualquier situación difícil de la vida, pues Él con su poder es capaz de abrir los ojos del ciego, la boca del mudo o los oídos del sordo. Pues si es capaz de hacer brotar agua de un desierto que no podrá hacer en nuestras vidas.
Precisamente el pueblo de Israel había visto estos prodigios naturales en su experiencia del desierto, pues Él apacigua su sed y hace producir la vida donde solo se vislumbraba la muerte. Pero el amor y poder de Dios van más allá promete reivindicar la dignidad misma del ser humano y su capacidad de comunicarse con los demás.

Que sordos y mudos podríamos andar hoy nosotros, aun y a pesar de tanta tecnología para comunicarnos...
Cuanta gente calla por miedo o vergüenza cosas que le hacen daño a si mismos a sus familias... Cuantas veces no nos atrevemos a hablar la verdad o decir lo que se necesita que digamos en ese momento, llámese para expresar los sentimientos o defender lo que es justo.
El Evangelio de Marcos (7,31-37) nos muestra a un sordo que apenas puede hablar. Un gesto y una palabra bastan para liberarlo de estas ataduras: meter sus dedos en los oídos y tocar con la su saliva la lengua, la frase que retomamos en el rito del Bautismo: EFFETÁ o sea "ABRETE."
Una muestra sin duda del gran amor y poder de Dios, pero también de su hermosa voluntad de hacernos libres, de rompe nuestras ataduras que no nos dejan oír sus bondades o anunciar al mundo sus maravillas.
Si desde el Bautismo nos abrieron la boca para anunciar su Palabra y nuestros oídos para escuchar su mensaje, porqué seguimos como sordos y mudos ante tantas cosas en la vida.
Sordos, para oír a Dios que me habla en ese padre de familia, o en ese hijo o hermano, en el cónyuge, amigo o compañero y que con caridad me corrige.
Sordos para no percibir la acción de Dios en esos acontecimientos de la vida que me están diciendo que debo cambiar o corregir.
Sordos para no distinguir los signos de los tiempos que me invitan a entrar en los designios de Dios y a ver la vida diferente.
Mudos ante tanta necesidad de diálogo conyugal y familiar, de expresar y manifestar cuanto queremos a los nuestros.
Mudos ante tanta injusticia personal y social que se calla y ampara en silencios cómplices y evasivos.
Mudos ante la verdad que sucumbe por la mentira y la corrupción que nos rodea.
Es curioso que al liberado del Evangelio y a los que los vieron se les pide no decir nada del hecho, porque Jesús no quería crear falsas expectativas de su mesianismo, él no busca publicidad de milagrero, no nos invita a seguirlo para hacernos milagros, mas bien nos invita a seguirlo porque somos libres y anunciar al mundo con todas nuestras potencialidades su Buena Nueva. Lo curioso es que a aquellos se los prohibieron y lo decían a todos, a nosotros que si nos envía anunciar su Evangelio, si nos cohibimos y parecemos sordos y mudos ante el mundo.

También la segunda lectura tomada de Santiago (2,1-5) nos habla de una ceguera social que de seguro necesitamos ser liberados: la acepción de personas. Lo que nos lleva a favoritismos, discriminación, preferencias. Cuando cegados por las apariencias juzgamos a las personas como más dignos o merecedores de ciertos privilegios. Las apariencias son eso simples apariencias, Dios ve el corazón y las intenciones de cada uno. No busquemos la posición social, el dinero, lo material o la buena apariencia a la hora de establecer nuestras relaciones interpersonales de amistad o de amor, busquemos la la bondad del corazón, los buenos valores y principios.
Según el texto bíblico esto pasaba en las asambleas litúrgicas de los inicios del cristianismo, no nos extraña que aun hoy esto persista en la Iglesia, en sus grupos y movimientos y mucho mas en la sociedad en general, pero un buen cristiano creo que debe buscar el trascender a estos vicios sociales y buscar más la genuina autenticidad.
Si sentimos que de alguna manera andamos ciegos por la ambición, el materialismo, los celos, el rencor etc.. Busquemos la luz de vida que es Cristo Jesús para que nos saque de esas tinieblas y nos permita vivir en su claridad, de seguro nuestra vida será más libre, tranquila y feliz.

Dejemos al Señor tomar cualquier ceguera, dejémosle abrir nuestra boca y oídos, que de seguro contemplaremos más su amor entre nosotros y seremos más libres para anunciar su Evangelio.

Con el cariño de siempre. P. Daniel Vargas.