20 de febrero del 2011.
VII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
-Lev 19,1-2.17-18. Hemos de tratar a los demás, especialmente de amarlos como queremos ser amados. Por eso se nos invita a no odiar de corazón, a corregir al que se equivoca para no ser cómplice de su tragedia, a no vergarnos ni guardar rencor. En fin buscar la santidad según el modelo de Dios.
-Sal 102. El Señor es compasivo y misericordioso.
-I Cor 3,16-23 Somos templos del Espíritu Santo y en Cristo toda la realidad humana es asumida, eso nos hace merecedores de valor, dignidad y respeto.
-Mt 5,38-48. Jesús continúa con sus:"Han oido que se dijo.... más yo les digo", siempre proponiéndonos la opción de ser mejores cristianos.
Por eso cambia la ley del Talión del ojo por ojo, por la condescendencia y la mansedumbre, el no devolver la misma actitud con el que ofende o lastima.
Llevará al extremo el amor, incluso al que ofende, te hace daño o lastima, a tus mismos enemigos, para imitar al Padre bueno que trata con amor a buenos y malos.
El verdadero mérito del amor cristiano sin duda no está en amar a los que nos aman, sino incluso a los que no lo hacen o mas bien nos propician el mal. Cuando amas a los que no te aman si que desconciertas a los demás con esa manera de amor, como lo hizo Jesús con todos nosotros.
Con el cariño de siempre.
P. Daniel Vargas
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